Al pasar el Cabo y siguiendo en dirección oeste se localizan los Médanos Blancos, un extraordinario paraje desértico. Para acceder a esta región es imprescindible el uso de un vehículo de doble tracción para evitar cualquier tipo de inconveniente durante el trayecto, ya que el camino no se encuentra en muy buenas condiciones.
Esta
magnífica creación de la naturaleza se caracteriza por caer
directamente al mar, originando una especie de playa donde se puede
disfrutar al máximo y pasar un día inolvidable. Es un lugar ideal para
las personas que desean estar en un ambiente pacífico y solitario donde
puedan olvidarse de la ruidosa y estresante metrópolis.
Es
importante que sus visitantes tomen la precaución de llevar todos los
artículos necesarios para mayor comodidad; y tener en cuenta que deberán
retornar a tempranas horas de este sitio, ya que podrían correr el
riesgo de perderse en la inmensidad de estos médanos, pues el trayecto
no cuenta con casi señalización.
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